Saab y supuestas sinrazones políticas. Por: Eddie A. Ramírez S. Venezuela

FOTO: Miguel Gutiérez, por cortesía de Analítica

La reciente excarcelación de Alex Saab para que el régimen de Maduro aceptara poner en libertad a ciudadanos estadounidenses ha levantado una tempestad de críticas en contra del presidente Biden. Se alega que Saab estaba siendo enjuiciado por cometer varios delitos, por lo que esa excarcelación fue una sinrazón, o sea una burla a la justicia,un error y una acción que perjudica la lucha contra la corrupción y deja mal parado al sistema judicial de ese país. El que en esa negociación se haya logrado también la libertad de ciudadanos venezolanos inocentes que estaban encerrados por razones políticas pasó indebidamente a un segundo plano.

¿Cuáles fueron las razones del presidente Biden para tomar esa decisión que implica un acercamiento a Maduro? Los más alegan que es la necesidad que tiene Estados Unidos de nuestro petróleo. ¿Es esto cierto? En estos momentos la nación norteña es la primera productora de petróleo crudo con 12. 760.000 barriles por día y al  sumar los líquidos del gas natural y los de origen vegetal, la cifra asciende a 20.580.000. Desde luego, todavía debe importar algo más de cuatro millones de barriles por día, la mayoría de los cuales los obtiene de Canadá. Es decir, nuestro petróleo no es imprescindible y de hecho han estado varios años sin depender del mismo. Una fuerte presión que tiene Biden es de compañías como Chevron y empresas de servicio que están en Venezuela a las que el régimen debe muchos millones de dólares, por lo que requieren recuperar sus inversiones y gastos. Obviamente, esas empresas hacen lobby para un acercamiento entre los dos gobiernos.

 ¿Qué otros factores influyen en ese acercamiento?  Uno muy importante es la política tradicional de Estados Unidos de recuperar a sus ciudadanos presos en el extranjero por diferentes razones. Eso cuesta entenderlo porque Venezuela no se preocupa por sus ciudadanos detenidos en el exterior. Solo Chávez y Maduro han hecho gestiones para la excarcelación del terrorista Ilich Ramírez (El Chacal) y eso solo por afinidad ideológica y para ponerlo en libertad apenas llegue a Venezuela. Afortunadamente, los franceses no han cedido.

Un amigo, asilado en Estados Unidos, nos comenta que el factor de más peso para ese acercamiento entre un país democrático y otro en donde impera una dictadura siglo XXI, son los   problemas que causan los que buscan refugio. Entre ellos, miles de venezolanos que huyen del hambre, la inseguridad, escasez de servicios públicos y de la persecución política, males causados por el régimen de Maduro. Biden entiende que esa migración no se detendrá hasta tanto no salgan del poder quienes están en Miraflores. Por eso, aunque a muchos les cuesta entender,  la política exterior de Biden  sí está dando  pasos para que se realicen elecciones libres en Venezuela y pueda asumir un gobierno que recupere nuestra  economía y respete la Constitución. ¿Podrían ser acciones más rápidas? Ciertamente y habrá que esperar si la presión logra que el TSJ decida que Mará Corina sí puede participar en la elección del 2024.

Algunos compatriotas piensan que el poderoso gobierno estadounidense dispone de medios de fuerza para doblegar a Maduro. Sin embargo, se olvidan que después de los reveses en Vietnam, Irak y Afganistán, el pueblo norteamericano, afortunadamente,  no apoya ninguna intervención militar.

Del lado nuestro, todavía hay quienes sueñan en una insurrección de nuestros militares o en una de carácter civil. Las respetamos y ojalá se pudieran dar, pero no parecen ser factibles. Esta realidad obliga a negociar, lo cual implica que no podemos obtener todo lo deseado. Negociar no es rendirse, ni dejar de lado los principios y valores. Es luchar para obtener algunas concesiones que nos permitan desplazar al régimen vía electoral. ¿Difícil? Claro que sí.

Es entendible la gran molestia que tenemos por la excarcelación de Saab y la propaganda que hace el régimen como si hubiese logrado una victoria. Eso nos nubla un poco y no evaluamos ese hecho con serenidad. No puede ser triunfo de un régimen el tener que aceptar poner en libertad a venezolanos inocentes a cambio de alguien señalado como delincuente. No sobrevaluemos la importancia del mismo, tildado por algunos como “El Canario”  y por otros como “El sapo”. Nos alegramos por la libertad, aunque sea condicional, de varios compatriotas. Más vale que un delincuente esté libre a que un inocente esté preso. Además, no es cierto que la entrega de Saab debilita nuestra lucha. Todo lo contrario, la fortalece.   

Este año hemos avanzado por el difícil camino de recuperación de la democracia. Logramos una gran victoria al realizar sin el apoyo del Consejo Nacional Electoral  una elección Primaria en la que seleccionamos  a María Corina como nuestra candidata; a pesar de que todos apoyamos nuestro derecho sobre la Guayana Esequiba, el pueblo rechazó por innecesario y contraproducente el referendo convocado por el régimen y  la poca asistencia evidenció repudio a esa absurda acción de Maduro; posteriormente,  este sufrió otra derrota humillante en la reunión de Kingstown. A los militares que envió a Tumeremo tuvo que decirles ¡Vuelvan, carajos!, muy distinto al heroico grito de Páez en la batalla de las Queseras de Medio.  Además, Maduro tuvo que aceptar negociar con el gobierno estadounidense, obteniendo un bandido extranjero y teniendo que excarcelar a valiosos demócratas venezolanos.

Nuestros esfuerzos en el 2024 deben dirigirse a lograr que se levante el veto a María Corina Machado, que se abran más sitios del Registro Electoral en el país, que se apruebe un mecanismo para que sea viable el voto de unos cuatro millones de venezolanos en el exterior y, desde luego, la libertad de todos los presos políticos que siguen en las mazmorras, algunos en mal estado de salud.

No puede haber una Feliz Navidad mientras haya presos políticos y exiliados, compatriotas pasando muchas penurias en Venezuela y en los caminos verdes buscando mejores oportunidades y otros con dificultades para adaptarse y ganarse la vida en otros países. Sin embargo, la esperanza del cambio está presente. La realidad indica que hay razones para ello.

eddiearamirez@hotmail.com

Eddie A. Ramírez S.