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EL QUIRÓFANO / Las pólizas de seguros, el lomito de la «ROBOLUCIÒN»

Mensaje reenviado
De: Sammy Landaeta Millan <sammylandaeta>
Fecha: 11 de enero de 2010 19:15
Asunto: [LA PROTESTA MILITAR] EL QUIRÓFANO / Las pólizas de seguros, el lomito de la "ROBOLUCIÒN"
Para: sammylandaeta

EL QUIRÓFANO / Las pólizas de seguros, el lomito de la "robolución"
¿Qué quiere ‘El Nerón de Sabaneta’? ¿Qué lo consideremos un caballero templario en la lucha contra la corrupción? Entonces aquí tiene la oportunidad. Que ordene proseguir las investigaciones que detuvo, él, mismo o uno de sus altos colaboradores siguiendo sus instrucciones.

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Por Santiago Alcalá
Nos acaban de enviar, parte del voluminoso expediente de las cuantiosas propiedades del asegurador bolivariano Omar Farías Luces (Grupo Seguros Constitución). Una caja completa contentiva de fotocopias, fotografías, testimonios y una advertencia final: los recaudos formaron parte de las pesquisas policiales sobre el origen de la escandalosa fortuna del aludido ricachón. Solo que, cuando las indagaciones apenas comenzaban, fueron detenidas desde muy “arriba” con órdenes precisas de destruir las evidencias.
-Pero, yo –nos escribe nuestro informante- indignado ante tal encubrimiento, a riesgo de mi vida y de mi estabilidad laboral, salvé lo que pude salvar que ahora les envío.
Hoy, publicamos el primer seriado de la mencionada información. Antes que nada, se la ofrecemos a nuestros lectores, a quienes nos debemos por sobre todas las cosas. Pero también se la ofrecemos, muy especialmente, a Hugo Chávez. Para que después no vuelva con la llorona, cual marido cornudo, que fue el último en enterarse de las fechorías de sus protegidos. Aunque la realidad sea que no solo estaba al corriente de su cornamenta sino que, la disfrutaba, la cohonestaba y la gozaba concupiscente a través del ojo de la cerradura. Depravados y proxenetas que son algunos.
¿Qué quiere “El Nerón de Sabaneta? ¿Qué lo consideremos un caballero templario en la lucha contra la corrupción?
Entonces aquí tiene la oportunidad. Que ordene proseguir las investigaciones que detuvo, él, mismo o uno de sus altos colaboradores siguiendo sus instrucciones. Quien puede lo más puede lo menos. Un comandantón que ordena “zamparle” a una jueza treinta años de cárcel, sin derecho a pataleo, lo menos que puede es ordenar que se reinicien las pesquisas sobre la ilegitimidad de la fortuna de su mencionado secuaz. Un nuevo caso de un ex “pata en el suelo” –para utilizar la germanía de su mentor – que mediante las conexiones con la revolución forajida, ha mutado en megamagnate.
¿QUIÉN ES OMAR JESÚS FARÍAS LUCES?
Por lo pronto, digamos que Farías Luces es, mayor de edad, venezolano, titular de la cédula de identidad V-5.907.347, portador del pasaporte C1789585, con oficinas en la “Torre Atlantic” piso 5 de la avenida Tamanaco con calle Mohedano de la urbanización “El Rosal” de Caracas y residenciado en Majadahonda, Madrid, a donde se mudó cuando el valle caraqueño le quedó estrecho a sus ínfulas de miembro del jet-set.
Antes de la revolución gamberra, era Farías Luces, un modestísimo agente de seguros, de esos que patean calles con un maletincito y luego, una vez entronizado su compinche en la jefatura de Estado, presidente del Consejo Nacional de Seguros, nombrado por el dedote zurdo de su “superpana” y único accionista y “chariman” de “Seguros Constitución” y de “Vida y Patrimonio”. Ambas empresas con suculenta cartera de entes gubernamentales, como PDVSA, Cadafe, las gobernaciones de Carabobo, Miranda y de la Alcaldía Metropolitana, esta última, en tiempos del cleptócrata Juan Barreto Cipriani, otro protegido de Chávez, que debería estar bien preso.
Las “asesorías” de Farías Luces debutaron en Pdvsa percibiendo cinco millones de dólares anuales. Pronto la generosa ubre de la petrolera aumentó los pagos tales pagos, primero, a 25 millones y después, a 50 millones de dólares por año.
Publicaciones especializadas en el mundo del petróleo han detectado que Farías, a través de sus afiliadas, vendió unos taladros a nuestra “Segunda Industria” –la “Primera Industria” bolivariana, es la corrupción y el blanqueo de dinero sucio- con sobreprecio que frisó los 125 millones de dólares.
Hasta aquí los refritos, como se llama en el argot periodístico cuando se reproduce una información ya manoseada. Pero a continuación “il boccato di cardinale”. Es decir, la primera entrega de la larga lista de propiedades de Farías Luces en su febril actividad de “boliasegurador”, “bolipetrolero” y “boliguisador”.

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MANSIÓN, APARTAMENTO
Y ATRACADERO EN CAP CANA
Según certificado de título duplicado 2006-2093 expedido por el Registrador de Inmobiliario de Higuey, República Dominicana, “Gibbs Commerce Corp”, compró el solar número 367-B-15-Ref-28 del Distrito Catastral 14 del municipio Higuey, con una superficie de 7.010,00 metros cuadrados ¡Casi una hectárea, en Cap Cana una de las más costosa urbanizaciones del Caribe!
En sus inicios, el único accionista de “Gibbs Commerce Corp” era Leovigildo Pérez Minaya pero, mediante documento otorgado el seis de septiembre de 2006 ante la Notario Público, licenciada Carmen Vásquez Rodríguez, dichas acciones fueron cedidas a Omar Jesús Farías Luces. Así fue como este boliburgués se convirtió en flamante dueño del costoso lote. Las gráficas que ilustran el presente trabajo nos presentan la mansión que se levanta en el solar 367-B de CAP Cana. La propiedad -terreno y construcción- según el registro catastral se cotiza en US $ 17 millones de dólares. Suma y sigue.
Como la conclusión de todo palacete toma tiempo, Farías Luces, ansioso, como todo nuevo rico, se buscó un “mientras tanto”:
Consta de documento otorgado ante Notario Público, en Santo Domingo, de fecha 30 de agosto de 2006, que la licenciada Urani Paullino Peña, apoderada de Anil Mital, cedió a Omar Jesús Farías Luces, representado por el señor Alexander Rood “los derechos de condominio, membresía y amarre” en CAP CANA, del apartamento G-20 y de un atracadero para embarcación con eslora de 60 pies. Por la anterior operación Farías Luces desembolsó US $ 1.375.000,00.
Adicionalmente, mediante escritura del 22 de septiembre de 2004, Gillermo Capeans Martínez, cedió a Omar Farías Luces, el total de acciones en “New City Tradign Corp”, propietaria de una membresía en el exclusivo “Punta Espada Golf Club” valorada en US $ 200.000,oo.

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JET EJECUTIVO Y HELICÓPTERO ¡PA’ GOZÁ!
Farías Luces, no puede ir y venir a sus mencionadas posesiones para el esparcimiento, ni siquiera, en la primera clase de aerolínea comercial (los “boliburgueses” no se mezclan con la ¡chusma, chusma, chusma!). Por consiguiente, el mencionado pupilo de Chávez Frías adquirió a través de su empresa, “Iron Gate Finance Corp”, un jet ejecutivo “Gulfstream” G-150, matrícula N590FA, al precio de US $ 13.125.000,oo. Como según Chávez, “ser rico es malo”, las aeronaves privadas con bandera norteamericana no pueden aterrizar en Venezuela. Pero no contaban con la chequera de Farías Luces, quien a través de su compañía “109 Copters, LLC” se convirtió en feliz propietario del helicóptero “Agusta” 109 C, serial 7635, matrícula temporal YV230T, adquirido por US $ 1.818.300,oo
El itinerario de este típico bolivariano para irse a divertir sana o insanamente –en eso no nos mezclamos- a “Dominican Repúblic” es el siguiente: del aeropuerto de “La Carlota” a Aruba o a Curazao en su helicóptero “Augusta” con matrícula venezolana y allí, trasbordo para volar directo a CAP Cana en su “Gulfstream” con matrícula gringa. Tiene otras aeronaves, pero eso será materia de otro trabajo.
Total, que las propiedades relacionadas con el disfrute vacacional del ex “negrito” y ex pelabolas, Omar Jesús Farías Luces, en República Dominicana, montan a la modestísima cantidad de US $ 33.518.000.00 y eso sin contar con el yate surto en el citado embarcadero cuya documentación, lamentablemente, no pudo escapar de la máquina destructora de documentos activada desde Miraflores.

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EL “GRAN CHORIZO DE VENEZUELA”
El primer eslabón de esta cadena de enriquecimiento jactancioso, desorbitado y evidentemente ilícito es Omar Jesús Farías Luces. Pero hay un segundo eslabón: Diego Salazar, otro megamagnate en bochornosa comandita con Rafael Ramírez, ministro de Energía, presidente de Pdvsa, tercer eslabón, y de allí, directo, al “Chorizo Mayor de Venezuela”, Hugo Rafael Chávez Frías. Chávez mandó a la cárcel a dos de sus ex compinches, los “bolibanqueros” Ricardo Fernández Barrueco y Arné Chacón Escamillo. Una retaliación por cuestiones de reparto de botín. Pero están libres, buchones y gozando una bola y parte de la otra: Farías Luces, Perucho Torres, Isea, Nóbrega, la capitana Maniglia, el gordito Maniglia, Díaz Granados, Sarría, Beracha, los Castillo Bozo, Napolitano, un tal Simeón, Serafín García, ¨La Ballena” Ruperti, los mencionados Diego Salazar y Rafael Ramírez, Diosdado, Aristóbulo, Jorge “Audi-La Corniche” Rodríguez, Carrizalez, “El Arrodillao” Rangel, “La Donna” y tantos otros bolimagnates. Y después quiere que nos traguemos la viga de su presunta lucha anticorrupción.
El domingo que viene, proseguiremos el inventario de la macrofortuna de Farías Luces. Más inmuebles, más empresas y más negocios nada transparentes. En Margarita, Puerto La Cruz, Aragua, Ecuador, Panamá, Colombia, España y hasta en la “oprobiosa” Miami.
¡Que viva el socialismo del siglo XXI de Chávez Frías y sus compinches, carajo!

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Semanario LA RAZÓN

www.larazon.net

Caracas, 10.01.2010

Remisión:

Alberto Rodriguez

para mujeresdenegro


Publicado por Sammy Landaeta Millan para LA PROTESTA MILITAR el 1/11/2010 06:36:00 PM

CARUJO: EL TRAIDOR // Por: Fabio Solano

Mensaje reenviado
De: Sammy Landaeta Millan <sammylandaeta>
Fecha: 11 de enero de 2010 18:32
Asunto: [LA PROTESTA MILITAR] CARUJO: EL TRAIDOR // Por: Fabio Solano
Para: sammylandaeta

[http://www.venezuelatuya.com/biografias/carujo.htm]
Imàgen: Pedro Carujo y Hugo Chàvez/blog de Eligio Damas

CARUJO: EL TRAIDOR

Fabio Solano

¡Agarraron a Carujo! La noticia corría como el agua en una crecida. Miguel caminaba por la Plaza Mayor rumbo a la botillería, para encontrarse con su amigo y socio Ernesto. Al oír la nueva, pensó: "Menos mal. Con eso se acaba esta guerra de pacotilla que para lo único que ha servido es para el regreso de Páez, lo cual está bien. En el fondo son militares comerciantes contra militares hacendados. Y yo, comerciante, estoy con los de Páez. Ahora se acabará el sitio al puerto y me llegarán los trajes y muebles de última moda de Madrid y París. Allá es donde se dice lo último, y aquí el negocio funciona bien pues todo entra por Puerto Cabello. Los navíos deben llegar en un mes a más tardar". Con paso animado por su pronóstico, pues pensaba ampliar su tienda con las ganancias de ese cargamento, enfiló hacia una de las esquinas de la plaza.
Cuando el comerciante casi llegaba a su destino, de pronto vio que en su dirección venía el abogado Elías Pimentel. El saludo era obligatorio, pues a pesar de que no gustaba mucho de la personalidad del abogado, lo utilizaba cada vez que era necesario sin llegar a ser cliente fijo. "¿Cómo está don Miguel? ¿Ya supo que apresaron al general Carujo? Qué cosas tiene la vida. Ese es un hombre a quien el destino lo ha colocado en situaciones difíciles. Y pensar que apenas tiene 35 años. Casi nadie sabe que tiene una buena educación, que estudió matemáticas y filosofía en Bogotá. Todo el mundo se olvidó que Carujo estuvo en varias de las batallas importantes, siendo casi un niño. Todo porque se metió con Bolívar, pero la gente no ve el contexto: El general era un dictador en el 28, en la época del atentado. Carujo no era un militarzote ignaro, sino un oficial ilustrado, y, lo importante, antidictatorial. Por alguna razón el Libertador le perdonó la vida".
El especialista en importaciones prefirió no contestar, y más bien intentó salirse por la tangente: "Sí. Claro. Voy a una reunión en este momento", dijo y apuró un poco el paso. El abogado no captó la indirecta y más bien se invitó: "Ya veo que va a la botillería. Vamos, que lo voy a invitar con un nuevo brandy recién llegado de Francia", y ya en el sitio, empujó la puerta. Fue un verdadero contraste entre el brillante sol de la tarde y aquella tenue luz que iluminaba la gran barra de color desvaído por los centenares de brazos acodados a lo largo de los años. Aquella vieja madera pulida parecía reflejar los pensamientos ocultos de los parroquianos, quienes dejaban que el licor corriera por las venas, mientras que sus mentes divagaban persiguiendo sueños rotos.
Ernesto vio llegar a su compadre y, furibundo bolivariano, arrugó el entrecejo al ver al abogado, pero igual tuvo que saludarlo. Luego de pedir tres brandis, fue el propio cantinero, el gordo Abel, quien metió el tema: "¿Ya saben que capturaron a Carujo? Dicen que está mal herido y que de ésta no se salva". Ernesto no aguantó y se disparó: "Bien hecho. Ese hombre es mala hierba y ha debido morir en 1828, cuando comandó el asalto al San Carlos en Bogotá. Todo el mundo sabe que con la anuencia de Santander organizó, planificó y comandó el atentado contra el Libertador. Pero la cosa no le salió bien por la avispada Manuela Sáenz. Ese día Carujo asesinó al coronel Fergusson malamente: Le disparó sin compasión cuando se lo encontró de frente y desarmado. Carujo es un traidor a la patria y ojalá que esta vez sí lo fusilen".
Con la reticencia de Miguel, que veía que la charla derivaba por caminos espinosos, Pimentel saltó a la palestra: "¡Epa! Un momentico. Ni tan calvo ni con dos pelucas. Yo venía diciéndole a don Miguel que Carujo es un hombre educado, inteligente, que habla inglés y francés, y siempre fue enemigo de los dictadores. Es cierto que Bolívar fue el jefe de la Independencia, pero en el 28 se había convertido en dictador, cuando la Convención de Ocaña le dio la espalda. Hay que ver las cosas en su contexto. Cierto. Es condenable el atentado, pero ¿Por qué Bolívar perdonó a Santander, el autor intelectual? Ojo, una cosa es ser enemigo político del gran líder, y otra muy distinta ser traidor a la patria. ¿Verdad?".
El atentado a Bolívar
Contra toda la vocería popular sostenida por más de un siglo, Pedro Carujo no era un ignorante, ni falto de educación, y a pesar de lo que dicen muchos, tenía sus posiciones políticas claras. Este oficial del Ejército Libertador, nació en Barcelona, en 1801, hijo de una venezolana llamada Juana Hernández y de un capitán realista, Pedro Carujo, originario de Canarias. El niño Carujo recibió una educación esmerada, tanto, que cuando ya era un adolescente dominaba el inglés y el francés, hecho poco común entre los jóvenes de la época. A pesar de que su padre estuvo con el bando del Rey, a los 18 años Pedro Carujo ya aparecía enrolado en la causa de la emancipación, como integrante del batallón Orinoco, con sede en Angostura.
En 1821 destacó bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez, oriental como él, en campañas en Caracas y Santa Lucía. Dos años después Carujo era capitán y participaría en la batalla de Maracaibo, donde resultó herido en combate. Nadie sabe qué sucedió, pero el joven oficial decidió irse a Nueva Granada, aun cuando algunos dicen que fue por su herida. Lo cierto es que arribó a Bogotá y si bien ingresó de nuevo al ejército, realizó actividades poco comunes para un militar de aquellos días: Se dedicó a estudiar matemáticas y geometría bajo la orientación de un fraile llamado Tomás Sánchez Mora. Estos estudios de alto nivel lo introdujeron en los círculos intelectuales de la capital de la Nueva Granada, participando en sociedades selectas de literatura y filosofía. Se cree que en estos niveles tomó contacto con gente educada, entre quienes estaban muchos de los que luego conformarían el ala afecta a Francisco de Paula Santander.
En 1828 el teniente coronel Pedro Carujo era ayudante del Estado Mayor del departamento de Cundinamarca, y fue ascendido a comandante. Luego el general Bolívar lo nombró director de la primera Escuela Militar que se fundaba en Bogotá. La Convención de Ocaña había sido un fiasco para el partido de los bolivarianos, y al Libertador no le quedó otra vía que hacerse dictador para conservar el poder. Ese fue el momento del rompimiento no escrito con el otro bando, el santandereano, que no ganó la convención porque los partidarios de Bolívar se retiraron de Ocaña para evitar el quórum reglamentario. Carujo se alineó con el sector de Santander, y hasta ahora no hay una explicación concreta de porqué lo hizo:
Algunos sostienen que el joven oficial era antidictatorial y consideraba que Bolívar se había convertido en un tirano. Otros dicen que fue por el fusilamiento de Piar. También hay una versión que señala que Carujo ambicionaba el poder, y bajo la tutela de Bolívar no tenía futuro.
En 1828 el ambiente en Bogotá era de abierta conspiración e incluso sucedió que el general asistió a una fiesta de máscaras, sin escolta alguna, corriendo grave peligro, ante los fuertes rumores sobre un atentado en su contra. Manuela Sáenz, la compañera del Libertador en esos tiempos, sabía todo lo que se tramaba, y fue al sarao armando un escándalo que obligó a Bolívar a retirarse. Fue esta mujer quien hizo que el 25 de septiembre Bolívar se lanzara por una ventana del piso superior. Cuando los conspiradores entraron a la casona donde dormía el Libertador, Manuela lo despertó y mientras se vestía, el general le pregunto qué hacer, por lo que su compañera, viéndolo espada en mano, dispuesto a batirse en desventaja evidente, contestó: "¿Usted no dijo a Pepe Paris que esta ventana era muy buena para un lance de estos?".
Bolívar estuvo por algunas horas bajo un puente, mientras aclaraba el día, y luego vino la persecución de los complotados.
De inmediato se supo que el coronel Pedro Carujo comandaba a la gente armada que invadió San Carlos. Igual se conoció la muerte del coronel Fergusson, quien regresaba a la casa al momento del ataque: Se encontró de frente con Carujo, quien sin miramiento alguno le descerrajó un tiro con su pistola, y luego, para rematarlo le dio un golpe con su espada en la cabeza. Carujo fue detenido con varios de los conspiradores, pero al igual que a Santander se le perdonó la vida. El joven coronel estuvo en la prisión de Bogotá, luego fue trasladado a la cárcel de Boca Chica en Cartagena. Al año siguiente, en el mes de marzo, fue llevado finalmente a Puerto Cabello, donde terminó por fugarse en agosto. Recapturado, se dedicó a escribir abogando por su libertad, especialmente al general José Antonio Páez, jefe del Departamento de Venezuela. También escribió algunos artículos desde la cárcel, a favor del movimiento separatista La Cosiata, los cuales fueron publicados en el periódico "El Fanal" de Tomás Lander. En 1830 fue deportado a Curazao, pero regresó cuando Páez concedió un indulto general al momento de la separación de la Gran Colombia. Pedro Carujo estaba libre para seguir el camino que mejor quisiera.
La Revolución de las Reformas
Pedro Carujo regresó a Maracaibo el mismo año de 1830, pero no se quedó tranquilo; al contrario, organizó un cuerpo de milicias con mil efectivos y pasó la frontera para actuar en las cercanías de Río Hacha, población que se había alzado contra el presidente de Colombia, general Rafael Urdaneta. Al año siguiente el general José Félix Blanco lo derrotó y eso obligó al retiro de Carujo de la lucha armada en 1833. Entonces se hizo periodista de fuste, escribiendo artículos contra realistas y antipatriotas, según su particular punto de vista. Esas publicaciones aparecieron en el periódico "El Republicano", y tuvieron su efecto, especialmente porque entre los más criticados estuvo José María Vargas, quien sería electo presidente en 1835.
Era el primer civil en llegar a la presidencia luego de la Independencia, aun cuando respondía a intereses de un grupo de militares contrarios a Páez, cuyo candidato, Carlos Soublette, fue derrotado en la elección en el Congreso.
La estabilidad política de Vargas en verdad era precaria, tanto que renunció a las pocas semanas, pero su planteamiento no fue aceptado por el parlamento.
Entonces estalló la llamada Revolución de las Reformas, encabezada por otro grupo de militares que se consideraban desplazados del poder. Ellos fueron encabezados por Santiago Mariño, Perú de la Croix, José Laurencio Silva, Pedro Carujo, todos próceres de la Independencia.
Estos "revolucionarios" pedían la reconstitución de la Gran Colombia y la vuelta al federalismo, aunque se sospechaba que no era más que un "quítate tú, para ponerme yo". Carujo pasó a la historia nuevamente, al ser el encargado de poner preso al Presidente, y ante los reclamos del derrocado le espetó: "Doctor, el mundoes de los valientes", a lo cual Vargas respondió: "No. El mundo es de los justos".
Carujo anduvo luego por el oriente con Mariño como jefe militar, obteniendo algunas victorias en las postrimerías de su revolución. Vargas había sido restituido en la presidencia, cuando Páez fue llamado para sostener la estabilidad de la República. Luego el prócer llanero se dirigió a oriente, y Mariño y Carujo tomaron unos navíos para irse al centro del país, arribando a Puerto Cabello. En esta zona llegaron incluso a intentar tomar Valencia, en octubre de 1835, pero Carujo fue apresado y llevado al Fortín Solano. De allí escapó y prácticamente solo se dedicó a la guerra de guerrillas con algunos hombres, manteniendo a Puerto Cabello como último reducto de los alzados.
Páez en persona actuó en contra de Carujo en una confrontación en Paso Real, y el alzado cayó herido feamente.
Al día siguiente, 26 de diciembre de 1835, Pedro Carujo fue trasladado a Valencia y a pesar de sus heridas fue llevado a juicio sumario y rápido. El defensor fue el abogado Ricardo Labastidas, quien no pudo hacer nada por su cliente. El 27 de enero de 1835 el alcalde municipal, Diego Escorihuela, le impuso la sentencia que lo condenaba a muerte, la cual debería cumplirse el 31 de enero en la Plaza Mayor de Valencia. Esa decisión no pudo ser llevada a efecto, pues el hombre que comandó el atentado al Libertador y apresó al presidente Vargas, murió el día anterior por la gravedad de las heridas. Así se fue de este mundo, luego de 15 años sumido en la guerra y la conspiración, este oriental que dejó su nombre escrito malamente en la historia patria, pues para la mayoría de los venezolanos Pedro Carujo es sinónimo de traidor.
solanofabio / www.el-carabobeno.com


Publicado por Sammy Landaeta Millan para LA PROTESTA MILITAR el 1/11/2010 05:57:00 PM

El desprestigiado Bolívar // Por: Oswaldo Alvàrez Paz

Mensaje reenviado
De: Sammy Landaeta Millan <sammylandaeta>
Fecha: 11 de enero de 2010 18:11
Asunto: [LA PROTESTA MILITAR] El desprestigiado Bolívar // Por: Oswaldo Alvàrez Paz
Para: sammylandaeta

[http://www.analitica.com/va/economia/opinion/5682615.asp]

Desde El Puente
El desprestigiado Bolívar
Oswaldo Álvarez Paz

Lunes, 11 de enero de 2010

Renny Otolina, creo que a finales de 1977, propuso cambiarle el nombre a la moneda venezolana. Lo hizo a pesar de que entonces era solida, estable, confiable para propios y extraños. Lo fundamental de su propuesta apuntaba al respeto que merece la memoria de El Libertador. Le parecía impropio que su nombre estuviera de boca en boca para simples transacciones mercantiles y para establecer diferencias sociales por la acumulación mayor o menor de bolívares. En algún momento también llegó a visualizar los problemas monetarios que empezaban a asomarse como consecuencia del alza de los precios del petróleo, de la política de “la gran Venezuela” y de los fenómenos inflacionarios que se iniciaban. Así llegamos al famoso Viernes Negro en febrero de 1983 con aquella devaluación del bolívar. Desde entonces ha sido una constante la tendencia que, a veces más rápida y profundamente que en otras, ha desembocado en el deterioro y pérdida de valor del apellido de Simón Bolívar, como instrumento identificatorio de nuestra moneda. Nadie lo tomó en serio. Nunca hubo un debate al respecto, pero lo cierto es que ninguno de los gobiernos posteriores fue capaz de revertir hacia lo positivo las negativas tendencias inflacionarias que determinaban controles de cambio ineficientes, vicios y corruptelas crecientes, y por supuesto mayor deterioro del signo monetario. Renny tenía razón.

En esta trágica década hemos llegado a extremos inimaginables. El bolívar, maltrecho y deteriorado como nunca, el viejo o el nuevo, el mal llamado fuerte o el débil, no vale nada. Solo sirve para erosionar, aún más de lo logrado por la retórica perversa de Chávez, el nombre de Bolívar. Las nuevas medidas cambiarias son la mayor confesión de fracaso e incompetencia de gobierno alguno en la historia. Bolívar no merece que lo utilicen como baratija en esta farsa malévola. Lo que les importa es el calumniado dólar americano y la posibilidad de convertirlo en muchos bolívares para el gobierno en un año electoral. No les importa el costo de la vida, el sufrimiento de los pobres, la escasez alimentaria, la ruina del aparato productivo, la baja calidad de las importaciones, el desastre de la salud y la educación, el deterioro imponente de la infraestructura del país, el desempleo, ni la inseguridad de las personas y de los bienes. La apuesta del gobierno es en la misma dirección que ha determinado su fracaso. Los resultados son fáciles de prever. Hay demasiadas señales de peligro como para cruzarnos de brazos. La memoria de Bolívar pudiera empezarse a rescatar cambiando el nombre a la moneda. El debate revelaría muchas cosas. Lo demás también está por discutirse. Me refiero al rumbo económico y financiero del país. Un gran paso sería la dolarización de la economía y la recuperación de la autonomía del Banco Central para que reasuma la dirección de la política monetaria. Para hacerlo hay que cambiar de presidente, de gobierno y de régimen. ¿Es imposible?

oalvarezpaz

Analitica.com


Publicado por Sammy Landaeta Millan para LA PROTESTA MILITAR el 1/11/2010 05:37:00 PM

Elogio de la Locura // Por: Jòvito Alcides Villalbas

Mensaje reenviado
De: Sammy Landaeta Millan <sammylandaeta>
Fecha: 11 de enero de 2010 18:01
Asunto: [LA PROTESTA MILITAR] Elogio de la Locura // Por: Jòvito Alcides Villalbas
Para: sammylandaeta

La verdad, Chacumbele, es que aquí el único “cuerdo” eres tu y tus 40 ladrones, que aprendieron a robarnos hasta los ideales para en definitiva enseñorearse en el país como si fuese una satrapía. Prefiero estar con esos locos de carretera que osan negarte, y recordarte que tu prestigio es un prestigio que se fue.
Jóvito Alcides Villalba
Elogio de la Locura

A Franklin Brito
Ex toto corde

Cuando el de Rótterdam escribió su famoso opúsculo, él iba dirigido a aquellas “buenas conciencias”, presentes en todas las religiones y en todos aquellos seres de pensamiento lineal.

Allí Erasmo defendía la necesidad de esa cierta locura ingenua que nos hace vivir creyendo en el porvenir y en unos valores reales que hemos adquirido del entorno y que nos hace rechazar las pretensiones de unos individuos que pretenden, a nombre de sueños trasnochados, reglamentarnos la vida según su imagen virtual de un mundo “mejor”.

Pronto, muy pronto, todos estaremos recluidos en ese gran psiquiátrico, en que un presuntamente cuerdo y voluntarioso ciudadano ha ido convirtiendo a Venezuela pero, mientras ello sucede, si es que lo permitimos, hay ciudadanos ejemplares que asumen con entereza su decisión de lucha por las cosas y las ideas en las que creen.

Entre ellos sobresale orgullosamente Franklin Brito y su solidaria esposa. Brito lleva ya cinco meses en huelga de hambre y su imagen recuerda a aquellas victimas de los campos de concentración hitlerianos al ser liberados por los ejércitos aliados en 1945.

Este fascismo del Siglo XXI ha logrado, en Brito y su familia, igualar el expediente totalitario de secuestrar y recluir como si fuesen locos a aquellos que se opongan a sus designios. Pero todos sabemos que ni Brito ni su esposa ni su hija están locos y que la única locura que padecen es la locura de la libertad.

Creía el de Rótterdam que lo realmente valido y sensato era que nos mezcláramos todos en esa gran locura y que la compartiéramos aun a riesgo de equivocarnos.

La hermana de la Locura, Filaucia, pasaba a ser la fuerza vital necesaria para comprenderla pero es que Filaucia era apenas un reflejo y representación de nuestro amor propio. La verdad es que cuando nos negamos a nosotros mismos el placer de ser nosotros, la vida se sumerge en la inercia, la palabra del orador pierde candor, los versos de poeta no producen admiración y el artista languidece.
La locura como orgullo y hasta como vanidad es la fuente primigenia de todo lo elevado, lo superior.

“Sin mí, el mundo no puede existir ni por un momento, pues, ¿no está lleno de locura todo lo que se hace entre los mortales?, ¿ No lo hacen locos y para locos? Ninguna sociedad, ninguna convivencia puede ser agradable o duradera sin locura, de modo que el pueblo no podría soportar a su príncipe, el amo a su sirviente, la doncella a su señora, el preceptor a su alumno, el amigo a su amigo, la mujer a su marido por un solo momento, si de vez en cuando no se descarriaran, se adularan, toleraran sensatamente las cosas o se untaran con un poco de locura”.

La verdad, Chacumbele, es que aquí el único “cuerdo” eres tu y tus 40 ladrones, que aprendieron a robarnos hasta los ideales para en definitiva enseñorearse en el país como si fuese una satrapía.
Prefiero estar con esos locos de carretera que osan negarte, y recordarte que tu prestigio es un prestigio que se fue.